Desde hace unos pocos días hemos comenzado a oír hablar acerca de Snapchat. Con este nombre tan descriptivo (Snap es hacer algo rápido, se usa para hablar de capturas de pantalla o snapshots, y chat es hablar) no hace falta tener mucha imaginación para saber la idea que subyace a esta app de mensajería instantánea. Compartir fotos, con algo de texto y hacerlo rápido, efímero, sin la perpetuidad de las redes sociales como Facebook.
Sin duda, algo muy criticado por ciertos sectores sobre las redes sociales es la permanencia de lo que se publica en ellas. Si subes una foto a Facebook más vale que sea casi perfecta, porque la foto puede dar la vuelta al mundo, y puede perseguirte durante años. No hay lugar a errores, a arrepentimientos. Lo publicado estará ahí de por vida, porque aunque lo borres tú mismo un instante después, nunca sabrás cuánta gente pudo descargarse la foto, compartirla, reenviarla o etiquetarla.
Si nos ponemos en la piel de un adolescente, además esa casi perpetuidad de la información publicada en Facebook es un importante inconveniente. Facebook ha conseguido un público muy amplio, se ha generalizado entre usuarios de varias generaciones, así un chaval puede ser amigo de sus padres, sus tíos y sus abuelos en Facebook. Pero ¿de verdad quiere compartir con ellos sus vivencias? Secretos, infracciones (esperamos que sean leves) de las reglas, faltas a clase, visitas a lugares prohibidos, puede haber un millón de razones por las que querer compartir algo que desaparezca en 10 segundos. Seguro que a muchos adolescentes les interesa saber cómo enviar imágenes y mensajes que se autodestruyen.
Bajo un halo de supuesta privacidad, existen unos cuantos usos de Snapchat que pueden ser preocupantes. La mayoría de usuarios de esta app tienen entre 13 y 23 años. Facebook intentó comprarla el año pasado, pero no lo consiguió. Debe tener un gran potencial para que Facebook esté detrás de ella. No en vano, ha contraatacado con Slingshot (tirachinas), pero solo los usuarios y el tiempo decidirán el futuro de Snapchat y de Slingshot.
Pero ¿qué es Snapchat? Snapchat es una alternativa a la mensajería instantánea tipo Whatsapp o WeChat. No parece estar muy extendida en España, pero en internet se habla mucho de ella, puede ser conveniente conocerla antes de que desembarque masivamente en nuestro país, sobre todo si tienes hijos adolescentes.
Snapchat, la nueva competencia de Whatspp, potencia lo visual, el envío de imágenes, videos breves, brevísimos, y poco texto. Si Whatsapp está pensada para compartir mensajes, Snapchat está pensada para compartir fotos. ¿Por qué decir “estoy en casa” si puedes mandar una foto tuya en ella? Pero claro, si mandas una foto tuya en paños menores, mejor que no dure mucho. Así que mandas una foto, con o sin texto añadido, con la tranquilidad de que se autodestruirá en 10 segundos. Y ya solo queda dejar volar la imaginación, una imagen vale más que mil palabras. Qué no haríamos todos siendo adolescentes con una herramienta así.
Mirándola con buenos ojos, está muy bien, para compartir algo de poca importancia, que no quieres recordar, que sólo tiene sentido en ese instante de tiempo, no se trata de hacer un álbum de fotos para la perpetuidad, sino de compartir al segundo las vivencias con los más allegados y olvidarlas enseguida. Lo que has comido, el peinado que llevas, un nuevo par de zapatos, unas compras, o un escaparate. Lo que sea, que no tenga trascendencia. Además, si el destinatario intenta hacer una captura de pantalla del mensaje, lo cual es algo complicado porque tienes que pulsar la pantalla del terminal para leerlo, la app detecta que se está capturando y se notifica al remitente.
Pero mirándola con otros ojos, Snapchat da una libertad que puede ser preocupante. Puedes sentir la libertad de enviar fotografías que no enviarías de otro modo, con la certeza de que se borrarán, que nadie las verá. Puede encubrir perfectamente el sexting, o el bullying, y puede ser muy dañina sin dejar además pruebas de que alguien te está haciendo daño puesto que cualquier cosa que veas o leas desaparecerá en segundos.
Snapchat no está permitida para usuarios menores de 13 años, como alternativa existe Snapkidz, la versión de la aplicación que solo funciona en local, sin contactos y sin conectividad. Pero es tan sencillo saltarse la barrera de la edad como seleccionar cualquier fecha de nacimiento anterior a 2001.
Una vez más la tecnología que tanto nos gusta en este blog nos pone ante un dilema, evaluar los pros y los contras, conocer lo que usamos, e informar y educar sobre el correcto uso de ella. Está llegando ya la nueva mensajería instantánea: más visual y con mensajes que se autodestruyen y puede que aún no estemos preparados para usarla.