La primera vez que leí la palabra grooming no tenía ni las más remota idea de qué significaba, así que imagino que muchos de vosotros estaréis en esa situación. Ahora mismo supongo que os estaréis preguntando qué es el grooming, al igual que yo lo hice .
Se llama grooming a una forma de acoso sexual online. En particular, esta forma de acoso se distingue del ciberbullying en que es llevada a cabo por un adulto y que tiene claramente un trasfondo sexual.
La palabra grooming significa acicalamiento, y llevado al tema que nos ocupa, lo podemos entender como un serie de preparativos que llevan al menor hasta el terreno del adulto para servirle a sus propósitos, muy relacionados con la pederastia. El grooming es el paso previo a un acoso sexual.
Un acosador sexual de estas características, que hace un uso extensivo de las tecnologías, no es una persona cualquiera, hacen falta conocimientos avanzados del uso de internet y la tecnología para perpetrar un acto como este. A menudo, consiguen robar las contraseñas del correo de los chavales para usarlas como elemento de presión. Por esta razón la contraseña o la pregunta de seguridad de cualquier servicio online que usemos nosotros o nuestros hijos debe ser realmente segura. No valen las contraseñas triviales como tu apellido, el nombre de tu mascota, de tu cole, o lo que alguien pueda averiguar fácilmente. Y la pregunta de seguridad debería ser algo que sólo tú y tu familia sepáis.
El grooming se lleva a cabo durante un tiempo prolongado, es necesario que el adulto acosador encuentre un elemento de chantaje con el que avanzar en tan dañina relación. El elemento de chantaje puede ser una fotografía comprometida, una contraseña robada, un secreto confesado tras ganarse la confianza del menor, haciéndose pasar por otro chico o chica.
El acosador habitualmente se gana primero la confianza de los chavales haciéndose pasar por alguien de su edad, con gustos y aficiones en común, para poco a poco ir pidiéndole más información personal hasta llegar a pedir que le envíe fotos embarazosas. Un chantajista sexual puede llegar a inventarse elementos de coacción que no existen, engañar al menor para hacerle creer que tiene algo, una foto, información de algo que no quiere que sepan sus padres, cualquier cosa que se pueda inventar para hacerse valer de ella como elemento de chantaje para conseguir las fotos, los videos o lo que sea que complazca sus deseos.
Como colofón, el acosador suele necesitar una cita física para culminar su acto, y el menor posiblemente accederá a verse con él por miedo a que sus amenazas se cumplan.
Los servicios de internet en los que más riesgo existe de que algo así ocurra son los chats, los foros y las redes sociales. Los niños y preadolescentes no creo que suelan usar estos servicios, al menos no es el caso de mis hijos, pero también podrían verse afectados mientras juegan en alguna comunidad virtual, por lo que es muy importante explicarles que estas cosas ocurren y que hay que llevar mucho cuidado con lo que se cuenta a “amigos virtuales”. Si estando en un chat, uno de los usuarios les propone a tus hijos hablar en privado, eso ya huele mal. Y deben saberlo. Por eso siempre se recomienda que los ordenadores estén en lugares comunes de la vivienda, porque podemos observar las caras, las reacciones, los comentarios y actuar en el instante dándoles buenos consejos. También se aconseja evitar que los ordenadores tengan web cam. Es importante que nos involucremos en sus actividades digitales, que sepamos que servicios usan y que les ayudemos a elegir nicknames o nombres de usuario que no den ninguna pista de su sexo, edad, lugar de residencia, etc. Lo recomendable sería establecer desde el primer día una relación de confianza por la que nuestros hijos se apoyen en nosotros a la hora de darse de alta en foros, chats, redes sociales etc. No podemos mantenernos al margen, al menos tenemos que tener una mínima implicación. Y cuanto más nos impliquemos y mejor comprendamos los servicios que usan mejor podremos educarles, protegerles o actuar.
Por suerte no creo que la mayoría de los menores sepan borrar el historial del navegador, o navegar en modo incógnito en Chrome, así que siempre siendo cautos y respetando su intimidad, podemos revisar el historial a ver qué páginas han visitado por si salta alguna alarma en nuestro interior. También podemos activar la navegación segura (Safe Search de Google Chrome) y revisar la carpeta de descargas del disco duro para ver qué se han descargado. Llevar a cabo estas tareas será más sencillo si el ordenador que usa el menor es de uso compartido y está en un lugar común del hogar familiar.
Sé que parece como muy remota la probabilidad de que una cosa así pase, pero hay casos reales documentados en este enlace (pincha aquí) y cuando los lees ya no te parece tan inverosímil. Espero que hayas aprendido algo nuevo sobre los peligros de internet y las redes sociales leyendo este artículo sobre el grooming. Cuéntales a todos los que creas que les pueda interesar qué es el grooming para que lo conozcan y puedan informarse.
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Gracias por leernos
1 comentario en “Qué es el grooming”