Los límites son necesarios en la educación de los niños, a todos nos ayudan a establecer un control de nuestros impulsos, a dosificarnos, a no obsesionarnos y a crecer seguros de nuestros entorno familiar. Los padres debemos establecer unos límites para usar la tecnología con control, dosificarla, tanto si hablamos de la televisión, de la consola, el teléfono móvil o la tableta.
– El primer límite es el físico: dónde podemos usar las consolas, los teléfonos móviles, los ordenadores. Establecer un espacio común o abierto, no encerrados en una habitación, para jugar a videojuegos o usar el ordenador es el primer límite que deberíamos poner al uso de la tecnología. Con esto estaremos al tanto de a qué juegan, si están usando la webcam, o si están chateando con alguien.
– El segundo límite es el temporal: no podemos usar la tecnología de manera ilimitada, hay que acordar cuánto tiempo pueden jugar los niños con sus tabletas o sus ordenadores, chatear, conectarse a sus redes sociales favoritas. O ver la televisión. No olvidemos que algunas de estas actividades pueden crear tecnoadicciones. Pon un límite razonable en función de la edad de tus hijos, 1 hora, 1 hora y media o 2 horas.
Establece unas reglas para usar la tecnología en tu hogar.