Como ya os comentaba en un post anterior sobre los niños y la tecnología, con la consolidación de la lectura los niños comienzan a desenvolverse muy bien en internet. Esto les abre las puertas a todo lo que les despierta curiosidad en internet. Disney, que sabe mucho de niños y del negocio del ocio creó una comunidad virtual en el año 2005 llamada Club Penguin, y es que a los niños les gustan los pingüinos. Por entonces mis hijos aún eran muy pequeños, pero unos años después ya oyeron hablar en alguna parte sobre el Club Penguin y me pidieron registrarse. En esta ocasión me pidieron permiso porque la página de registro del club claramente les guió para que así lo hicieran, lo cual es un punto a favor de esta comunidad.
Los padres pueden y deben controlar la activación de la cuenta de su hijo en Club Penguin, eligiendo además entre dos modos de chat, el Chat de Seguridad Estándar o el Chat de Alta Seguridad.
En el Club Penguin los miembros del club son pingüinos y las mascotas son puffles. Los pingüinos se pueden vestir como más les guste, cada uno tiene libertad de escoger la ropa de su vestuario a través de la carta de juego. También pueden ver cuánto dinero tienen en el álbum de estampillas, con el dinero podrán comprar ropa o muebles para su iglú. La historia transcurre en una isla, y hacer amigos nuevos es tan fácil o difícil como en la vida real, te acercas a ellos y les hablas amablemente. Cada pingüino tiene su nombre, no estaría de más recordarle a los niños que los nombres que usen para sus pingüinos deben ser totalmente anónimos, quiero decir, que no les identifiquen de ninguna manera, no tienen que dar ninguna pista ni de su nombre o apellido, de su edad, ciudad de origen etc. Se pueden añadir amigos haciendo peticiones de amistad, si por ejemplo ya conocen el alias de un amigo del colegio es sencillo encontrarlos.
Para seguridad de los niños existen moderadores que controlan que los alias o sobrenombres que usan los participantes sean adecuados, velan porque no se hable de drogas, alcohol o sexo, porque no se revelen datos personales y sobre todo porque se cumplan las reglas del club.
Se puede jugar sin coste alguno, pero si quieres acceder a las zonas más exclusivas de este juego, entonces se puede pagar una membresía. Las membresías para Club Penguin pueden ser una buena opción como regalo de cumpleaños o de Reyes.
Yo no he jugado nunca, no me gusta jugar a estos juegos, es una lástima, porque creo que es muy recomendable que los padres juguemos a lo que juegan nuestros hijos, que nos demos una vuelta a ver qué cosas suceden por ahí. Sería una muy buena práctica, darse de alta en los sitios que lo hagan nuestros hijos y comprobar cómo de seguros son.
La página del Club Penguin no solo es muy atractiva visualmente, sino que proporciona a los padres información de calidad, detalles, todo está muy bien explicado y es muy transparente.
En el tiempo que mis hijos estuvieron jugando a este club nunca les oí hablar de nada que me pusiera alerta, jugaban con otros amigos, o entre ellos y siempre tranquilamente.
Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Habbo. Habbo es otra comunidad virtual, dirigida a un público de más de 14 años. Esta es la primera limitación que debería encontrar un niño al llegar a Habbo, debería poner en negrita tamaño 50 que la comunidad Habbo es sólo para niños mayores de 14 años. Pero no parece que la edad suponga ninguna limitación, porque antes de que me fuera a dar cuenta mis hijos estaban los tres jugando con sus primos a Habbo.
En Habbo los usuarios se pueden crear un personaje y diseñar sus salas. El entorno del juego es un hotel, con bares y salas personalizables.
Como en el Club Penguin, en Habbo hay también moderadores, sin embargo por mi propia experiencia no me parece que estén todo lo alerta que deben. Las pasadas navidades fue cuando mis hijos descubrieron Habbo, estaban todos jugando cuando les oí discutir porque mi sobrino le había quitado la novia a mi hijo. Me quedé como un pasmarote, no sabía que podían tener novias virtuales… pero además mi hija pequeña le había dicho a alguien donde vive y como se llama su primo. En ese momento les pedimos que nos contaran de qué iba el juego y nos pusimos alerta. Les explicamos que no se pueden dar datos personales y les dimos una charlita sobre los peligros de internet.
A partir de ese momento llevamos más cuidado, les hemos pedido que no se registren en juegos sin pedirnos permiso primero, les hemos explicado que detrás de un pingüino o de un amigo de Habbo hay alguien, una persona que puede ser un niño o un adulto, alguien con buenas intenciones o con muy malas intenciones. Mi hija pequeña después de nuestra explicación contaba que no sabía si iba a volver a jugar a algo en internet, espero que no nos hayamos pasado…
Además, hay copias falsas de Habbo, lo que llaman retroservers, son copias ilegales del Habbo en las que se puede jugar también sin saber que son sitios ilegales, plagios, con lo que entiendo que la seguridad será menor aún.
Para más colmo en la página web del canal de noticias channel4 hay varios artículos publicados en el verano de 2012 en el que cuentan poquito y bueno sobre la comunidad virtual Habbo.
Parece que en una periodista estuvo jugando en Habbo durante dos meses haciéndose pasar por una niña de 11 años. Y lo que cuenta en las noticias de la web de channel4 es bastante preocupante, los Habbos practicaban sexo virtualmente, le pedían que se desnudara y virtualmente abusaban de ella. No sé cuánto de sensacionalista tiene este reportaje, no sé si después de que esto ocurriera en el año 2012 han mejorado la seguridad del sitio, entiendo que sí, pero lo que vi el primer día que mis hijos jugaron a Habbo Hotel era desconcertante, no me dio buena espina.
No estaría mal probar a hacer lo mismo que esa periodista, crearse un Habbo y comprobar si es seguro, vivir en nuestras propias carnes la experiencia de jugar en esta comunidad virtual a ver si realmente hay tanto pervertido como cuentan.
Hay otras comunidades virtuales, como Moshi Monsters y Panfu, con un aspecto bastante agradable, pero en estas aún no han entrado mis hijos, no deben estar de moda entre sus conocidos ni ellos mismos las han descubierto, creo.
Y a tus hijos ¿les gustan los pingüinos? ¿juegan en comunidades virtuales?
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