Enseñar a usar las redes sociales

Attractive girl looking at modern social network

Estaréis de acuerdo conmigo en que para enseñar a hacer algo, primero hay que saber cómo hacerlo. Que nuestros hijos van a usar o usan las redes sociales, es algo indiscutible, y cuando ellos vayan a usarlas, antes de eso, deberíamos ser capaces de enseñarles cómo hacerlo. Tan importante es enseñar sobre matemáticas, lengua, inglés o música como sobre otras materias que no están incluidas en el currículum académico, y en concreto es de gran importancia enseñar a usar las redes sociales. Además con la responsabilidad extra de que si no se enseña en la escuela, tendremos que enseñarlo en casa.

Personalmente, me siento responsable de la educación de mis hijos, no hay nada que me llene más de orgullo que me digan que mis hijos están muy bien educados, creo que es un reconocimiento tan importante como el profesional. El reconocimiento de estar educando bien es una gran recompensa para un trabajo que dará sus frutos a largo plazo. El resultado se ve poco a poco, y con suerte los efectos durarán toda la vida.

Las redes sociales en la adolescencia y en cualquier edad tienen un componente psicológico muy importante, y en concreto en los adolescentes son una herramienta poderosísima en la forja de la identidad de los jóvenes. A mi al principio, cuando salió facebook, me recordaban a la plaza del pueblo donde la gente se juntaba a charlar, a cotillear y rumorear. Y eso es así, la necesidad que tenemos de charlar, relacionarnos y contarnos cosas es algo intrínseco a nuestra naturaleza, puede que también a nuestra cultura, pero no creo que vayamos a parar de hacerlo pronto. Como en todas partes, siempre hay quien sabe aprovechar para sacar partido, para contar rumores totalmente falsos, maliciosos, o para poner verde al vecino. En facebook, en twitter o en Whatsapp sucede lo mismo, solo que las palabras que se decían en la plaza o en el bar hace 15 años se las llevaba el viento, pero los comentarios, las fotos y los tweets se quedan para siempre y se pierde el control de ellos. Duran y duran, como las pilas alcalinas, por eso antes de twittear, antes de publicar o antes de subir una foto hay que pensar en que los niños serán adolescentes muy pronto, y  serán adultos en busca de una salida profesional, con un puesto respetable, con una familia y responsabilidades en un futuro no muy lejano.

Ahora que facebook ha cumplido 10 años podemos analizar mejor el efecto que ha tenido en los niños de entonces, adolescentes de ahora, las fotos o comentarios que sus padres han hecho en esta década. Si te gusta subir fotos de tus hijos a facebook, comienza tú mismo por ser crítico con lo que subes, con lo que comentas o lo que cuentas. Una foto graciosa de un niño, puede ser una auténtica pesadilla para ese niño cuando sea un adolescente. La foto más simpática que veas con tus ojos de madre o padre, de tu hijo disfrazado, cayéndose o vestido como una niña, imagínate cuánta mofa puede llegar a generar en unos cuantos años.

Los niños llegan a la adolescencia muy rápido, a partir de los 10 u 11 años se habla de preadolescentes, y esas fotos que eran entrañables para los padres, pueden ser objeto de burla cuando se convierten en adolescentes. Antes de que te des cuenta dejarán de ser niños y empezará a importarles mucho lo que sus amigos piensen y digan de ellos.

Lo mismo sucede con los comentarios que a los adultos nos parecen normales y corrientes, cambios en su cuerpo o en su desarrollo, enfermedades, operaciones o una simple infestación por piojos que hayas podido comentar en facebook o twitter  puede llegar a saberse entre sus amigos  y puede poner a tus hijos en muy mala posición en el colegio, lo que a todos los padres nos parece normal, a los chicos y chicas les puede parecer un motivo muy poderoso de burla y exclusión social.

La moda puede ser otro motivo de controversia, si la ropa que llevan es heredada, no es de marca o es comprada en rebajas o en outlets, no hay ninguna necesidad de compartir esa información en una red social que puede llegar hacer pasar a tu hijo un mal rato en cierto momento de su vida. Todos esos comentarios escritos en las redes sociales pueden llegar a perdurar mucho más del instante en que la información era relevante, y fuera de contexto, republicada en otro momento de sus vidas, puede tener efectos muy dañinos.

Las redes sociales están limitadas por edad a mayores de 13 o 14 años, pero nada impide a un menor crearse una cuenta con datos falsos. O usar el facebook de sus padres o hermanos mayores. El ejemplo que podamos dar es muy importante, si usamos las redes sociales con responsabilidad y seriedad ellos harán lo propio. Si quieren usar el facebook antes de la edad legal, es preferible acompañarles y hacerles tú mismo la cuenta que prohibirles hacer algo que si quieren van a hacer de todas todas.

Con el fin de protegerles y guiarles, los padres deberían ser parte de los contactos de las redes sociales de un menor. Así podrás aconsejarles en todo momento.

Lo que debes saber y transmitir a tus hijos es que no se deben compartir fotos en las que se les vea con objetos de valor, un regalo caro, o algo que haya en tu hogar que pueda captar la atención de malhechores. No es lo mismo que les cuenten a sus amigos en el patio del colegio que tienes un portátil nuevo o que sus padres se han comprado un coche nuevo, que lo publiquen en una foto en facebook o twitter que puede acabar en cualquier sitio.

Tampoco se debe decir dónde vives, los que te conocen ya lo saben, o cuándo te vas de vacaciones, porque estás dejando claro que tu casa se va a quedar vacía en ese tiempo y nunca se sabe lo que puede pasar.

También deben aprender a ser críticos con los comentarios que otros hacen, escribir con delicadeza, pensando en cómo se puede interpretar lo que se dice. En 140 caracteres es muy fácil escribir algo que se pueda interpretar como insensible, seco, tajante o borde. Es importante no ser impulsivo, no publicar un mensaje “en caliente”, si te ha sentado mal algo que te han dicho, muérdete la lengua o el dedo, pero no escribas inmediatamente después.

Si los padres usamos las redes sociales para promocionar un negocio o marca personal, está bien que dejemos  que nuestros hijos vean cómo usamos esta herramienta para vendernos y relacionarnos con nuestro sector. Podemos enseñarles cómo hay mucha gente que publica cosas interesantes, dejarles que descubran aquello que les interesa, su deporte favorito, su hobby, su música, sus actores y directores preferidos, su escritor, que encuentren a gente que comparte sus gustos. Puede ser enriquecedor seguir blogs, o el twitter de otros que compartan sus aficiones, siempre y cuando sepan que esa es la relación que les une y que hay que ser prudentes y no dar datos personales. La gente que se conoce en internet no debería llegar a contactar personalmente con ellos, y si lo hacen, deben saber reaccionar.

Es importante no prohibirles usar las redes sociales ya que para los chicos y chicas la socialización es muy importante, les ayuda a crear su identidad, prueban y experimentan mientras forjan su personalidad, actúan como les gustaría ser para llegar a ser de esa manera, o rectifican y corrigen hasta formar su propia personalidad. Todos estamos en continua evolución, cambiamos afortunadamente mucho a lo largo de nuestra vida. Pero es en la adolescencia cuando esta fase es más crítica.

Y tampoco debemos olvidarnos de acotar los tiempos y los momentos, cuánto tiempo se le puede dedicar a las redes sociales al día, y en qué momentos podemos usarlas. Predicando con el ejemplo es como mejor podemos educar. La mejor manera de enseñar a usar las redes sociales es usándolas primero para poder mostrar como hacerlo después, incluso si no nos interesa mucho, tenemos la responsabilidad de aprenderlo por nuestros hijos. Es otro más de los pequeños sacrificios que los padres debemos hacer por ellos.

 

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