Aprender jugando

 

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Siempre se ha dicho que a los niños les resulta más fácil aprender jugando. Si hacemos memoria, las clases que se nos hacían más amenas en el colegio o en el instituto eran aquellas en las que había alguna componente lúdica. Los maestros que se esforzaban por captar la atención de sus alumnos introduciendo técnicas propias de los juegos llegaban mejor a sus estudiantes y los mantenían más motivados.

Aunque puede que muchos docentes no necesiten recurrir a técnicas ni a métodos para introducir una parte lúdica en las clases, a lo mejor a otros o a algunos padres sí que les interesa informarse sobre cómo motivar a los chicos y chicas para que estudien usando el juego. Ya que hemos introducido el concepto, podemos ponerle un nombre, de lo que estamos hablando aquí es de lo que se conoce como Ludificación o Gamificación.

Como decía en un post anterior titulado Más pizarras digitales, no siempre es necesaria la tecnología para captar la atención de los chavales, si bien puede ayudar mucho. Y es que se puede aprender jugando en analógico o en digital, se puede aprender jugando con o sin videojuegos, con o sin tabletas, lo que hace falta siempre es mucha imaginación para darle un toque lúdico a las tareas que los chicos y chicas realizan para aprender.

Los niños se pueden pasar horas jugando, sería pues maravilloso que mantuvieran ese mismo  interés por las tareas escolares, que pudieran pasarse horas con los deberes, en clase, sin cansarse, pasándolo bien y aprendiendo. Los elementos que hacen a los juegos atractivos para los niños, y para los no tan niños, son los puntos, los premios, los niveles, la competitividad, el acumular medallas u otros objetos simbólicos que indiquen su valía. Se puede hacer tan complicado como se quiera. Se pueden inventar monstruos, retos, sistemas de puntos, todo lo que se quiera con tal de hacer la asignatura amena. Se puede usar o no herramientas tecnológicas, se puede crear un blog, usar una red social, o llegar a utilizar videojuegos para llevar a la práctica tu proyecto educativo. En este enlace tenéis algún ejemplo de lo que estoy hablando.

El Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ), la ludificación o la gamificación puede ser muy beneficiosa para algunos grupos concretos de estudiantes. Y si lo combinamos con videojuegos, creo que puede llegar a captar especialmente la atención de los chicos, en masculino. El escaso número de maestros en los colegios, donde la proporción de maestros frente a maestras está claramente en desventaja, hace que los chicos se sientan poco identificados con el ambiente del colegio, el modelo masculino se diluye y el sistema educativo parece propiciar el éxito de las niñas frente al de los niños. Por eso creo que los videojuegos, en los que parecen estar más interesados los chicos que las chicas, puede beneficiar especialmente a ellos.

En otras ocasiones os he hablado de Minecraft. Lo que nunca os he comentado es que Minecraft ha llegado a las escuelas. El potencial de este videojuego, al que mis hijos juegan a menudo, sin distinción de edad ni de sexo, es tal que incluso el gobierno de Dinamarca ha recreado su país al completo usando este juego, para a continuación usarlo con fines educativos.

La idea de llevar videojuegos a las escuelas puede ser una manera no sólo de fomentar un aprendizaje más lúdico sino también de hacer a los chicos sentirse más identificados con la realidad del colegio, su realidad y la del aula convergen mediante el uso común de los videojuegos. Por otra parte, tendrían tanto que enseñar a sus profesores que seguramente les haría sentirse mucho más útiles y apreciados.

En un colegio de Madrid se llevó a cabo un proyecto de gamificación con Minecraft que debió ser apasionante. Tenéis información sobre este proyecto en este enlace.

Jugar a videojuegos no es una pérdida de tiempo, y si a los chicos les interesa, podríamos sacar partido de ello. Posiblemente a un chico no le guste hablar o escribir acerca de sus vacaciones, pero pueda hablar o escribir largo y tendido sobre su videojuego favorito. Deberíamos escucharles aunque no nos interese a priori, porque estoy segura de que compartir con ellos ese ratito les hará muy felices y seguro que aprendemos algo de los chavales.

Minecraft potencia el trabajo en equipo, la capacidad de visualizar objetos, la orientación, e incluso puedes aprender vocabulario en inglés. Minecraft se puede usar para trabajar las matemáticas, por ejemplo, si para abrir una puerta o para pasar un nivel hay que resolver una operación, los chicos estarán mucho más motivados para resolver las operaciones que si el resolver la operación no les proporciona ningún premio. En este video nos cuentan cómo en una escuela de Buenos Aires utilizaron Minecraft para trabajar las divisiones. Sólo hay que ver la ilusionados que estaban los chicos para darse cuenta de que merece la pena intentarlo. Sin duda, aprender jugando es mucho más divertido.

Gracias por leernos.

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